lunes, 10 de enero de 2011

Marco y espacio conceptual de la creatividad

La creatividad es un término ambiguo que puede referirse a muchos ámbitos, por lo que existen muchas definiciones diferentes y algunas contradictorias entre sí.
Estas definiciones no consiguen darnos una respuesta universal, por lo que podría decirse que el concepto depende en gran medida de la manera que cada uno lo conciba.
Voy a exponer la definición de la RAE como ejemplo de una de las más aceptadas:
1. adj. Que posee o estimula la capacidad de creación, invención, etc.
2. adj. ant, Capaz de crear algo
3. m. y f. Profesional encargado de la concepción de una campaña publicitaria.
Incluso dentro de la misma definición vemos que hay diferentes acepciones, lo que es ya una muestra significativa de la confusión que puede llegar a surgir a la hora de definir la creatividad.
En cuanto a su marco conceptual, podemos empezar a estudiarlo desde muchos puntos de vista. Uno podría ser desde el punto de vsta histórico, es decir: ¿cuándo surge la creatividad en el ser humano? Ya los prehistóricos dieron muestras de cierto modo de creatividad.
Si bien la invención del fuego o el abrigo pueden considerarse una muestra de mero instinto de supervivencia, las pinturas rupestres dan ya ciertos indicios de un desarrollo del pensamiento lateral primitivo.
También podríamos plantearnos si los animales son creativos. En realidad podríamos llegar a la misma conclusión ya expuesta, ya que si casi todos los animales se guían por el instinto, si a un chimpancé le escondes la comida, será capaz de ingeniárselas para conseguirla.
Otro punto de interés sería la relación de la inteligencia con la creatividad. ¿Será una persona más inteligente la más creativa?
Numerosos estudios parecen demostrar que no, que la relación de estas dos variables no debe ser siempre la misma. Una persona más inteligente puede estar constreñida por los ya mencionados bloqueos y ser menos creativa que otra que quizá sea menos inteligente.

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